miércoles, 27 de noviembre de 2019

Euskofobia

El ayuntamiento confirma el interés por aprender Euskera en Castro Urdiales
Imagen de una euskaltegi municipal de Euskadi.
Son archiconocidos los complejos y fobias que en Castro se levantan con todo lo relacionado con lo vasco. Parece mentira que esta villa haya pertenecido al Señorío de Vizcaya y el árbol de Gernika tenga un lugar preferencial en el escudo de la ciudad. El abandono del proyecto del euskaltegi por parte del nuevo gobierno municipal de PSOE-C's es un nuevo caso más de "vascofobia".

Escudo de Castro-Urdiales.

La cercanía de Castro Urdiales a Bilbao y al Gran Bilbao (si no se puede considerar que Castro pertenece de hecho al área metropolitana de la capital de Bizkaia) hace que muchos castreños y castreñas trabajen y tengan sus oportunidades laborales en el País Vasco. Además de lo enriquecedor que es aprender cualquier idioma, obtener un título oficial de euskera es de provecho para estas personas que buscan trabajo en la comunidad vecina. Por ejemplo, tendrían mejores posibilidades para sacar plaza en las oposiciones de Osakidetza o la Ertzaintza. Esta circunstancia hace que la apertura de un euskaltegi en Castro sería todo un beneficio para los ciudadanos de la villa marinera. Es innegable la fuerte relación de Castro con Bilbao y Bizkaia, al ser un municipio fronterizo, numerosos castreños trabajan, estudian y disfrutan del ocio en Barakaldo, Bilbao y demás localidades vizcaínas cercanas.

Los castreños podrían estudiar euskera en la misma ciudad mejorando su capacitación laboral y sus opciones de encontrar un trabajo. Y esto no supondría ningún coste para el consistorio castreño, ya que el euskaltegi se autofinanciaría con las propias matrículas de los estudiantes. El  Ayuntamiento sólo tendría que poner a disposición un local, como había estado negociando el anterior equipo de gobierno de CastroVerde con el Gobierno Vasco y AEK.

Desechar el euskaltegi en Castro es más sorprendente aún cuando el propio Ayuntamiento realizó una encuesta para medir la posible demanda de clases oficiales en euskera y los resultados arrojaron que había 600 personas dispuestas a inscribirse en algún nivel del idioma. Esta cifra está a mucha distancia del mínimo de 60 alumnos para que el proyecto sea viable.

Resultado de imagen de vascofobia

En definitiva, resulta incomprensible renunciar a un proyecto atractivo para la ciudadanía, que ha demostrado gozar de un apoyo popular entre la población castreña, que tiene una demanda más que suficiente para ser viable económicamente y que no supondría ni un euro para el Ayuntamiento.
No tiene explicación si no es por esos complejos que algunos tienen con todo lo que suene a Euskadi.

Castro debería aprovechar mucho mejor las sinergias que le aporta su ubicación geográfica.


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